junio 28, 2021

Lectura en primera línea

La copla “Un país”, escrita por nuestro compañero Alfredo Mires, del libro “Resuellos – Coplitas de andar viviendo”, también ha acompañado a lectores, bibliotecarios y comuneros que, en la hermana Colombia, vienen luchando por su camino y su dignidad.
Ha estado y está presente en las campañas solidarias de #aleerparaavanzar y puede apreciarse su lectura en estos enlaces:
¡¡Nada nos separa si la tierra nos junta!!

1971-2021: Homenaje a nuestra Red ─ 6

Y así vamos en el sexto mes de este año, ofreciendo nuestro homenaje a la Red de Bibliotecas Rurales de Cajamarca en su 50 aniversario, porque ella es el pálpito de todos nuestros corazones, ella se encarna en la diaria faena de las familias campesinas y chacareras.
Ella es el ánima, es nuestro yachay, nuestro ayllu, es nuestro hogar.
La Red es nuestro mayor Apu, porque es fuerza y sabiduría, grandeza y encariñamiento; la Red está en todos nosotros, es y está en todas nuestras montañas pues, como decía el gran José María Arguedas “¡Estas montañas! Si se ponen en marcha, ¿quién podrá detenerlas? Sus cumbres llegan al cielo”.

Homenaje al ánimo y al impulso ─ 6

En esta ocasión, el cariño y reconocimiento a la familia Díaz Guevara, de la comunidad de Masintranca, en la provincia de Chota.
Nuestro compañero Sergio Díaz Estela es el coordinador del sector Masintranca, y Donaida Guevara Díaz, su esposa, es la bibliotecaria titular en su casa.
Además, ellos hacen parte del Programa Comunitario para apoyar a los niños con capacidades proyectables. Sus hijas también hacen parte de este voluntariado familiar en nuestra Red.
¡A todos ellos gracias por su compañía, esfuerzo y solidaridad siempre!

¿A qué llamamos biblioteca?

El 24 de junio nuestro compañero Alfredo fue invitado a conversar con bibliotecarios y bibliotecarias rurales de Colombia, en el marco de una práctica académica para la Universidad de Nariño. Entre metáforas y honduras, Alfredo expuso las convicciones campesinas y andinas de la Red de Bibliotecas Rurales. Aquí algunos fragmentos de su intervención:
- “Para hablar de un camino tenemos que hablar de un punto de partida, de donde queremos empezar a caminar, pero también del punto a donde queremos llegar. Lo habitual es que mucha gente empiece, no a caminar sino a transcurrir, correr y resbalar, a desplazarse con una propuesta y, en algún momento, en medio de agitación, el sudor y el cansancio, se da cuenta que ni siquiera sabe porqué está corriendo ni qué bulto está cargando. Y eso si tiene la disposición para de darse cuenta de ello.
- Antes de emprender el camino vital de una biblioteca, deberíamos ponernos de acuerdo en qué estamos entendiendo por biblioteca, qué es lo que nos significa una biblioteca. Porque el riesgo es que terminemos replicando lo que involuntariamente hemos terminado por normalizar, lo que el sistema dominante entiende por biblioteca. De muchos modos, las cualidades de nuestro camino y de nuestras bibliotecas tienen que ver con los universos de las palabras.
- Si tuviéramos que comparar a la biblioteca con frutos, las preguntas al palpar esos frutos serían, por ejemplo: ¿estos frutos son de aquí o son importados? ¿ésta es semilla nativa o es semilla de laboratorio? ¿esto es de chacra o de agroindustria? ¿se habrá cultivado con abono de corral o con agroquímicos?
Porque hay fruta que parece plástico y es muy rica, pero a la vez resulta siendo tóxica. Así como hay frutitas sin mucha finta, pero muy nutritiva y sin trucos. En suma, ¿esto es natural o es transgénico? ¿son genuinas o son impostadas, ¿han sido generadas en la comunidad o han sido puestas sin la participación de la gente?
- Una biblioteca puede ser genuina cuando su origen, su emplazamiento, infraestructura, personal, pero, sobre todo, su contenido, son propios. (…) En una biblioteca original la tierra no solo está presente, sino que la tierra habla, dice, enseña; su voz se escucha y se refleja en las paredes y en los libros; la tierra y sus hijos son protagonistas de reales de ese camino. Tiene que coincidir con lo que somos, lo que hemos sido, pero también con lo que soñamos ser y con el sueño interior.
- La biblioteca empieza a existir cuando la necesitamos, y crece más cuando se convierte en una demanda. Así que llega a su adultez cuando la parimos. La biblioteca nace cuando la comunidad sabe que su permanencia depende de ella misma.
- La biblioteca tiene que ser parte de los cultivos de la comunidad, tiene que ser criada y engranada con prácticas que en el fondo del alma las reconocemos como nuestras; hay sangre, hay parentesco, tengo empatía, me siento bien, no me han impuesto, ha germinado porque la tierra es bendita y es propicia. Estamos hechos de esa misma sustancia.
- La fuerza vital primaria de la Red está en la vida de los propios comuneros. El primer paso es saber que los propios comuneros son los propios maestros en las Asambleas, sustentan los temas, plantean los problemas, explican las nociones. Todos tienen la palabra. Todos sabemos que todos sabemos.
- La biblioteca en términos de granero de sabidurías, en términos de arsenal de conocimientos, es parte natural de la comunidad; las comunidades campesinas indígenas ya son bibliotecas en sí mismas. En ellas habitan los milenios y las generaciones; en sus genes está lo que supimos y sabemos; en las prácticas florece lo que ayuda a florecer (…) En los cantos, los juegos, las herramientas, en las conversas, la cocina, la medicina, bulle una sabiduría que requeriría millones de estantes para almacenarlas; ese saber tiene en la gente su territorio vivo y esa gente tienen en su espacio su morada orgánica, su paisaje recíproco, su hábitat bendito, su refugio imprescindible, el albergue de su misterio”.

Extrañando la joijona

Ya salieron nuevos libros
pronto habrá presentación
llenecita, la joijona:
¡qué ricura! ¡qué emoción!
En esta familia aprovechamos cada momento que pasamos juntos para conversar, compartir y para estar alegres.
Por eso, en cada presentación de libros que realizamos en nuestro local central, nos anima ver llegar a los asistentes con un agradito para compartir al final. Así, vemos desfilar las rosquitas cajamarquinas, el queso, las infaltables aceitunas, algunos pancitos, dulces, etc. Tampoco puede faltar el vino para celebrar el acontecimiento.
Este año, por el motivo que todos conocemos, también las presentaciones de nuestros libros las estamos realizando de manera virtual, y sentimos mucho no poder compartir las conversas al final del evento, el vinito y la joijona.
Se extraña, sinceramente, ver llegar a los amigos, saludarnos, ver juntos algún video o escuchar música mientras esperamos a quienes van llegando.
Cada presentación de libros es una fiesta.
Esperamos que pronto nos podamos volver a ver, nos volvamos a encontrar. Mientras tanto, sigamos pendientes de las próximas presentaciones virtuales, como que extrañamos la joijona. Así, cuando nos volvamos a encontrar, juntos, podremos disfrutar y saborear.

Ñaupitas que animan

Hace ya unas semanas que los Ñaupitas han empezado su recorrido por las comunidades cajamarquinas con el objetivo de animar a los más pequeños (¡y también a los más grandes!), quienes ya los van recibiendo con mucha alegría.
Hoy parece que hay fiesta: los niños están felices, conversan, comparten colores, sonríen y les ponen los mejores atuendos; cada quien a su estilo hacen revivir a sus ñaupas.
Nuestra gratitud a los compañeros Alfredo y Rita por hacer posible este proyecto, valioso material de terapia para estos tensos momentos que estamos atravesando.

El Ñaupa para colorear

Hace ya varios años que el Ñaupa, este simpático ancestro andino hecho dibujo, acompaña los quehaceres de la Red. Le encanta a niños y adultos, es reproducido y re animado en diferentes momentos y espacios.
En el Programa Comunitario, al inicio de cada año enviamos material de terapia a los niños con capacidades proyectables en las comunidades. De esta manera, los niños con sus familiares pueden realizar constantemente –y en el rato que más les conviene– las réplicas de las terapias que nuestros coordinadores del campo acuerdan con las familias.
Una parte de estas terapias está orientada al aprestamiento de los niños del Programa con miras a una futura inclusión escolar. Eso implica que los niños realicen ejercicios como rasgar papel, cortar con tijeras, pegar pedazos de papel, dibujar y colorear, entre otros.
Por ello, cada año buscamos también libros para colorear a un costo módico… y cada año nos decepcionamos con la oferta: hay libros para colorear con motivos de cuentos europeos, fábulas griegas, partes del cuerpo humano o animales de otros continentes, para mencionar los más pasables. Los menos apropiados para nuestro contexto son los que tienen figuras de Súperman, Pikachu, Hulk o Batman.
Con esas desilusiones acumulados, el año pasado pedimos a nuestro compañero Alfredo Mires que nos diseñe un libro para colorear con Ñaupas, un libro nuestro.
¡Y miren qué hermoso ha quedado!
Ya es posible adquirirlo nuestra Oficina Central en Cajamarca.

De una mujer campesina

“¡Gracias, gracias chacrita, gracias a Dios por darnos la comida! Ojalá que al próximo año produzcas igual, chacrita”.
Esta es una frase que podemos hallar en los testimonios del compañero Marcos Florián.
Este pasado cuatro de junio tuvimos la presentación de un nuevo hijo de la Red, el libro “El Campesino y la tierra”, un testimonio del compañero Marcos Florián, con todo su cariño a la tierrita.
Estoy muy contenta de haber podido colaborar con los dibujos. Al leer el libro vinieron a mi mente muchos recuerdos de lo que vivimos como campesinos, en la chacra y en el diario trajín del trabajo. Esta labor es a veces muy dura, pero el criar, el respetar y valorar a nuestras plantitas y animalitos, para mí es un aprendizaje diario; el ir reconociendo prácticas que a veces ya las estamos perdiendo, que las estamos olvidando.
Este es un libro para no dejar en el abandono los conocimientos de nuestros abuelos; es un aprendizaje diario el compartir en la chacra con la familia y con los comuneros. Es algo que ahora los jóvenes debemos tener presente: esta sabiduría. Y para tomar un poco de conciencia no solo del trabajo del campesino, sino lo grandioso que es contar con una fuente tan increíblemente rica de conocimientos: nuestra tierra.
Zelma Gálvez Vásquez, de El ahijadero.

“El puma al acecho”

El día viernes 11 de junio se llevó a cabo el lanzamiento del libro “El puma al acecho – Crónica de la permanencia cajamarquina”.
La conducción de este evento virtual estuvo a cargo de nuestra compañera Lola Paredes y el saludo de bienvenida lo dio nuestro compañero Javier Huamán, de la comunidad de Liuchucolpa.
Desde Panamá se conectó Jorge Ventocilla, amigo de nuestra Red, que estuvo a cargo de la presentación del libro.
Miguel Garnett y Alfredo Mires, los autores, intervinieron de manera conjunta y alterna, contando cómo es que nació la idea y cuál fue el proceso de escritura de esta excelente referencia histórica que, además de estar escrita desde “los de abajo”, reúne datos de suma valía y actualidad.
¡No dejen de leerlo!

Un lugar para los libros

Hace unas semanas, nuestra amiga Victoria Vilca nos llamó para preguntar si podíamos recibir la donación de unos libros para nuestras Bibliotecas.
No era la primera vez que Vicky nos mostraba así su enorme generosidad, pero esta vez había una diferencia: su hija Diana Escalante y sus amigas Paola Machuca y Jeffri Amambal, habían juntado amablemente algunos libros para hacérnoslo llegar.
“Es necesario que sepa la gente que hay un buen lugar donde pueden donar sus libros”, nos dijeron después.
¡Muchísimas gracias en nombre de toda nuestra Red!