julio 05, 2012

Indignación y luto

Cajamarca, Celendín y Bambamarca –tres provincias del Departamento de Cajamarca– han sido declaradas por el gobierno en estado de emergencia (excepción); esto significa que se hallan suspendidas las garantías constitucionales relativas a la libertad y seguridad personales, la inviolabilidad de domicilio y la libertad de reunión y tránsito.
Es la segunda vez que esto ocurre en los últimos ocho meses en Cajamarca.
Luego de 35 días de paro ciudadano en defensa del agua y por la inviabilidad del proyecto minero Conga, la tarde del 3 de julio tres manifestantes –entre ellos un menor de 17 años– murieron por disparos en Celendín; quedaron también más de 30 heridos y varios detenidos.
Ayer, otra bala mató a un comunero en Bambamarca; y esta mañana falleció uno de los heridos de Celendín.
Una honda consternación nos abruma, una insomne indignación nos lacera.

Como, hondo, llora el clarín en Cajamarca,
como de antigua pena, herido, llora
a flor de sangre y alma…;
las montañas,
al escuchar el llanto, también lloran…
¡Así el Alma gotea de las Cañas!
¡Así llora el Dolor en Cajamarca…!
Y llora el Dolor serenamente,
no de placer sino de pena:
¡eternidad que esconde su semblante!,
¡eternidad en féretro de piedra…!

¡Es Dolor el que llora en los clarines!
¡Es Dolor el que llora en Cajamarca!

(Extracto de “Dolor musical”, de Mario Florián)

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