noviembre 26, 2013

Dolor y camino

A inicios de este mes, anunciábamos aquí –con franco entusiasmo– la visita y participación como voluntario de David Osoro González. Hoy, con dolor mayor, comunicamos su partida: David falleció este miércoles 20 de noviembre.
Cumpliendo un mes de su estadía, David había ido a pasar el día en el balneario de aguas termales en Baños del Inca. Estando solo habría sufrido un ataque al corazón o de epilepsia.
Un cieno de tristeza nos ha cubierto.
Con sus 28 años de bregas y búsquedas, David había venido de España cabalgando en los fulgentes corceles de la convicción y la esperanza. Se integró en el Nosotros con la humildad de los que sueñan y luchan, sin descanso y sin dobleces.
Un mar de lecciones nos deja su estadía.
Las palabras no nos alcanzan para pulsar estas honduras. En la distancia abrazamos a los suyos, a su familia. Aquí, permanecemos juntos quienes compartimos su solidaria presencia. Y agradecemos la fraternidad de quienes nos acompañan en este tiempo.
Un camino aún más acendrado nos alumbra su recuerdo.

5 comentarios:

Kepa Osoro Iturbe dijo...

Desde el profundo dolor que siento como padre de David, quiero participaros, al mismo tiempo, la infinita alegría que me acompaña al saber que David fue absolutamente feliz a vuestro lado. Vosotros habláis de su entrega y generosidad, pero era él quien os estaba profundamente agradecido por las inmensas riquezas que le estábais regalando: vuestra honestidad, vuestro compromiso social, vuestra ética, vuestro humilde modo de transitar por la vida a pesar de las dificultades que el destino estaba poniendo en el camino.
Por todo ello, siempre, queridos amigos y hermanos, siempre os acompañaré, con la misma humildad e igual deseo de seguir aprendiendo de vosotros.

Kepa Osoro Iturbe

Anónimo dijo...

No conocía a David ni sabía qué andaban haciendo con las bibliotecas rurales en Cajamarca. Conozco, desde hace ya unos cuantos años, a Kepa, que me habló hace pocas fechas en Madrid del trabajo de David en el Perú. A instancias de Kepa, vi ayer y escuché hablar a Alfredo Mires. Quedé emocionado y conmocionado con su discurso: sereno, inteligente, claro... No me extraña que David se sintiera feliz, ilusionado y se volcara trabajando con ustedes, con vosotros. “Las palabras no nos alcanzan para pulsar estas honduras”, ¡qué hermosa manera de expresar el dolor hondo que produce una desaparición inaceptable! Kepa es un amigo-hermano y a mí tampoco me alcanzan las palabras (gracias por prestarme esas palabras) para expresar ese dolor hondo, cuando pienso en esta amputación injusta; en este desgarro inesperado y doloroso y celebro que ahí guarden su reciente legado con emoción y reconocimiento. Un abrazo fuerte. Mariano Coronas

Daniel Sáenz dijo...

Un abrazo a Kepa Osoro i a los bibliotecarios rurales por la partida de David. Me enteré de la noticia por los medios cajamarquinos i, aunque no lo conocí, me entristece esta pérdida porque como ex voluntario sé del valor i de las exigencias que los bibliotecarios deben cumplir en su labor, i me reconforta saber que David fue feliz trabajando con Uds. Estoi seguro que el compromiso, solidaridad i entrega de David serán continuados por nuevos voluntarios. Un saludo a todos.
Daniel Sáenz

Rosa María Merino dijo...

Por los medios me entero lo sucedido con el hijo del Gran Kepa, colega nuestro en España, el Señor ha llamado al hijo de Kepa en el mejor momento de su vida. Desde Lima acompañamos en mente y corazón en estos momentos de gran dolor de la familia, estamos conmovidos por la irreparable pérdida de nuestro amigo, pedimos a Dios fortaleza para él y los suyos en este duro momento. Estamos seguro que de donde esté David será un ángel que acompañe a su familia y a toda la RED de Bibliotecas de Cajamarca en donde David fue uno de su más grande coloborador. Descansa en Paz David!!
Rosa María Merino

Fernando J. Pebe dijo...

Conmovido por la noticia de la perdida de un hijo, de un gran padre como sé que lo es Kepa, a quien conocí recientemente a través de internet, luego de la memorable entrevista que me concedió, entendí que se trata de un gran hombre, que a pesar de la perdida irreparable de su ser más querido, sigue adelante con una fortaleza digna de los grandes hombres. A toda la red y a la familia de David mi más sentido pésame. Fernando J. Pebe, Lima, Perú