Nos cuenta Javier Huamán, de Luichucolpa, Hualgayoc:
La lluvia ha sido más de la cuenta en estos últimos meses.
Hay baja producción. No ha habido pase por semanas enteras, y sí accidentes, volcaduras de camionetas y motocicletas que han ido al abismo o al río.
Hay gente que se ha quedado a la intemperie y muy poco hay apoyo de las autoridades municipales. Pero sí ha habido solidaridad de la organización, de las rondas campesinas o de las comunidades; en familia se ha tratado de ver algún apoyo para las personas que se han quedado damnificadas.
Los árboles nativos también han rebrotado. La naturaleza nos afecta, pero en otros casos también hay esperanzas.
Comuneros de La Unión, Chota:
En la comunidad de Santa Rosa de Chadín se ha derrumbado toditita la comunidad, todo se ha tapado.
En la Soledad, Chililic y San Martín, también han estado incomunicados.
En la Soledad los derrumbes se han llevado más de cuatro hectáreas de café…
Mario Sánchez, de San Andrés, Cutervo:
Nunca ha llovido así aquí. Las carreteras se han derrumbado y los alimentos están muy caros. A nosotros nos ha llevado un ternerito y la ropa que ha estado lavando mi esposa, en una quebradita que nunca antes había llegado.
Rosa Carrasco, de Sócota, Cutervo:
Hay cinco personas fallecidas en el caserío de Nuevo Oriente. Los derrumbes empezaron por todas partes; todo ha estado intransitable. Ha habido otras muertes por Cutervo, por la Capilla; los ríos se salían, los derrumbos arrasaban con las chacras, las frutas, todo lo que encontraban.
Ramiro Yglesias, de Hoyada Verde, Contumazá:
Algunas siembritas se están perdiendo, pero otras también mejoran. De todo hay. En tiempos nos hemos quedado aislados, no había pase para ningún lado.
Jorge Carrasco, de San Juan, Cutervo:
Las carreteras han sido bloqueadas por los huaicos; mi madre vive en una zona que se quedó completamente aislada.
Sergio Díaz, de Masintranca, Chota:
Los desastres han sido fuertes. Hay destrucción de casas, movimiento de tierras, se han malogrado las carreteras, los sembríos se ha perdido. No hay nada. Y no se puede seguir sembrando porque las lluvias continúan.
Se ha movido una buena cantidad de tierra, que da miedo porque está en peligro de que venga y nos tape a varias casas donde vivimos.
En el Naranjo había los baños termales, que era un lugar que bastante visitaba la gente: se lo ha llevado todo.
También han sido afectados centros educativos, puestos de salud; en algunas comunidades no ha habido clases porque los niños no podían trasladarse por la cargazón de las quebradas.
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