(Apuntes de Alfredo Mires; visita a
la zona de Yunchaco, provincia de Cutervo. Agosto 2015)
En
La Ramada tuvimos una larga reunión con niños, jóvenes y mayorcitos de la comunidad.
Preocupa mucho que los muchachos crezcan aparentemente más avispados, pero en
el fondo más proclives de ser engañados. “Tenemos
que recordar más; tenemos que conversar más; tenemos que estudiar más”, me
dijo un ancianito al despedirse.
En
Yunchaco va a la escuela Maicol, el hijo menor de César Eladio –Coordinador bibliotecario
de la zona– y su esposa Vila. César es bibliotecario desde hace doce años; Maicol
tiene diez, así que desde que nació ha estado en medio de los libros y las lecturas
en el campo. Hoy, él es quien anima a sus compañeritos a que lean.
Luego
de la larga marcha, no había terminado de descargar la mochila cuando asomó
corriendo un niño: “¿Usted es el que va a
leer con nosotros?”, me preguntó, con su cara de asombro y la agitación por
haber venido corriendo; “Sí”, alcancé
a responderle. Y a los quince minutos la pequeña casita se llenó con una
veintena de niños.
¡Si
con esas ganas leyeran en las escuelas y las ciudades –me decía–, donde hay más
oportunidades!
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