De
cómo se mueven los nombres y sus saberes en nuestras comunidades: la Mustela frenata –para poner un ejemplo–
es conocida en Cajamarca con el nombre de
Huayhuash;
un poco hacia la costa es hurón o comadreja. Hacia el norte es mono, fino. Poco
más al norte es huaygash o huayhuacho. Pero también se le conoce con el nombre
de monoch’usho, masha, chupacuy, padrecuy, padrino. En general se le dice “compadrito”,
pues si se le llama por su nombre, vuelve para hacer daño a la casa.
Al
sur, en la zona de Cajabamba, se le conoce con el nombre de ardilla.
Esto
significa que más hacia el sur, nuestros libros de la Enciclopedia Campesina
pueden gozarse por su contenido, pero sería fantástico que en todas nuestras
bibliotecas rurales tengamos también libros nacidos de sus propios conocimientos.
Ahora
que nos hemos extendido hacia la zona de Huamachuco, esta preocupación viene
siendo una constante.
Por
eso ya empezamos a recolectar las tradiciones orales en esa zona.
Nuestro
compañero Alfredo Mires estuvo hace unos días –en coordinación con el Proyecto
Amigo–, viendo la constitución del Equipo humano y los pasos para ir acopiando
nuestros saberes allá.
Para
crecer hay que enraizarse. Para enraizarnos hay que tener la humildad de
adentrarnos y reverenciar la prodigiosa sabiduría que aun habita en nuestras
comunidades.
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