¡Hay
que ver el gusto con que los niños de la escuela de Quinuacruz –provincia de
Cajabamba– cuentan los relatos de sus padres y abuelos!
Ahí
anduvimos, rescatando los saberes y en el afán de hacer un libro que sea como
nuestro espejo, en el que podamos leernos, juntarnos, enraizarnos, seguir
andando.
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