Una de las publicaciones de la Red de Bibliotecas
Rurales que más me gusta es El duende del
laberinto.
Reúne cuentos cortos escritos por Alfredo Mires,
ninguno más largo que media página. Alfredo los llama cuentos medulares y sí, te tocan la médula, el núcleo y el corazón.
Cada página está ilustrada con hermosas imágenes de
arte rupestre de Cajamarca, adaptadas al contenido del libro.
Los cuentos me acompañan en muchos momentos, en
muchas situaciones: para reflexionar, para reír, para pensar, para animar
reuniones, para leerlos a otros o re leerlos yo misma, para niños y adultos,
para el campo y la ciudad, para alentar la mañana o despedirme del día.
Quiero compartir aquí dos de mis cuentos medulares favoritos. Ojalá les
gusten:
El pan
Dios le dijo al pan:
—¡Multiplícate!
Y el pan le respondió:
—Primero
multiplica la harina.
Dios multipicó la harina.
—Ahora
multiplica la levadura —dijo el pan.
Dios multiplicó la levadura.
—Ahora
multiplica al hombre dispuesto a compartirme —remató el
pan.
Dios se puso a llorar.
La tierra
—¿Qué hace
aquella cagarruta en el infinito? —preguntó el Dios del Orden.
—Es mi
creación —dijo el Dios del Amor—: La llamaré “tierra”.
—Espérense
a ver la gente que le voy a poner encima… —pensó el
Dios de la Locura.
Una lectora
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