Hace
ya varios días que dejó de llover y estamos preocupados: el sol quema fuerte,
el viento anda tronando, están cayendo heladas, las plantitas y los animalitos están
sufriendo. Nosotros sabemos, además, que de nuestras cosechas depende que haya
un pan en las mesas.
Hoy,
nuestro compañero Alfredo, mirando a una de nuestras plantitas, nos decía:
– Miren:
es una familia, están conversando, ¡es una belleza!
Y tal
parece que Mica, nuestra gatita bibliotecaria, también lo comprende, porque
está atenta a esa conversación.
La
naturaleza nos habla día a día; a pesar de nuestros descuidos, siempre intenta conversar
con nosotros.
Ojalá
podamos recuperar esa capacidad de escuchar y aprender que tenían y aún tienen
nuestros abuelos.
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