Hace unos días me llegó un correo de Monika Pfändler. Con Monika, de Suiza, nos conocimos en el año 1995 y desde ahí nos une una maravillosa amistad – como familia y con la Red de Bibliotecas Rurales.
Monika me envió una carta por el fallecimiento de Alfredo. Comparto, desde mi corazón y con el permiso de Monika, algunas líneas de su carta y sus hermosas fotos, como homenaje a mi esposo Alfredo. Monika y su esposo Urs acompañaban solidariamente y en sus pensamientos y oraciones a Alfredo durante todo el tiempo de su enfermedad. Son esas amistades que añaden sol y luz a nuestras vidas en tiempos difíciles.
Monika me envió una carta por el fallecimiento de Alfredo. Comparto, desde mi corazón y con el permiso de Monika, algunas líneas de su carta y sus hermosas fotos, como homenaje a mi esposo Alfredo. Monika y su esposo Urs acompañaban solidariamente y en sus pensamientos y oraciones a Alfredo durante todo el tiempo de su enfermedad. Son esas amistades que añaden sol y luz a nuestras vidas en tiempos difíciles.
Aquí el textito de Monika, desde Suiza:
«El 16 de octubre 2022 fue uno de esos días dorados de otoño, cuando la naturaleza nos regala todo su esplendor de color: ya no el calor abrasador del verano ni tampoco el color azul frío del invierno, sino esos colores suaves y cálidos de la vida que envejece, que se despide lentamente.
Unos días antes había recibido el libro de Alfredo Romance de la montaña y lo llevé a mi caminata a la montaña. Mientras leía, sentí su ñuqanchik (nosotros) en cada línea. Para mí, el Romance de la montaña es una oda a ustedes dos, a Alfredo y a ti, Rita, y a su camino. Ustedes han dejado huellas en esta vida.
Cuando llegué a casa por la tarde, encontré la nota del fallecimiento de Alfredo en el buzón de mi correo electrónico. Eso me conmovió de una manera extraña y milagrosa.
Volví a subir a la montaña, con la cámara, a mi banquito favorito y a la fuente de agua que me gusta mucho, para tomar estas dos fotos que adjunto – como recuerdo, para ti, para ustedes.»
«El 16 de octubre 2022 fue uno de esos días dorados de otoño, cuando la naturaleza nos regala todo su esplendor de color: ya no el calor abrasador del verano ni tampoco el color azul frío del invierno, sino esos colores suaves y cálidos de la vida que envejece, que se despide lentamente.
Unos días antes había recibido el libro de Alfredo Romance de la montaña y lo llevé a mi caminata a la montaña. Mientras leía, sentí su ñuqanchik (nosotros) en cada línea. Para mí, el Romance de la montaña es una oda a ustedes dos, a Alfredo y a ti, Rita, y a su camino. Ustedes han dejado huellas en esta vida.
Cuando llegué a casa por la tarde, encontré la nota del fallecimiento de Alfredo en el buzón de mi correo electrónico. Eso me conmovió de una manera extraña y milagrosa.
Volví a subir a la montaña, con la cámara, a mi banquito favorito y a la fuente de agua que me gusta mucho, para tomar estas dos fotos que adjunto – como recuerdo, para ti, para ustedes.»
Gracias, querida Monika, por este bello regalo. Gracias por tu bonita amistad. Gracias, siempre.
Rita Mocker.
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