En julio, la responsable del Programa Comunitario, Rita Mocker, y Mara Mires salieron a visitar los niños con capacidades proyectables y sus familias en Chota. Fue la primera salida larga después de la pandemia. Si bien ya habíamos retomado nuestro trabajo, por motivos personales Rita no tenía posibilidades para realizar estas visitas que demandan mucho tiempo fuera de Cajamarca.
Los niños y las familias nos recibieron con los brazos abiertos. Hubo mucho que conversar después de tan larga ausencia, de tanto tiempo extrañándonos. Pero fue también muy alentador ver que todos los niños que ya llevan tiempo en el Programa Comunitario han mejorado sus condiciones personales. Eso se debe a la esmerada atención de los coordinadores del programa; en este caso a Dona Guevara y Sergio Díaz, quienes han sabido llevar para delante el trabajo, pese a la ausencia de la responsable. Pero se debe también al compromiso de los padres en el proceso de rehabilitación de sus hijos.
Encontramos varios niños que recién han entrado al Programa Comunitario. Con ellos conversamos, ajustamos los planes de recuperación individual, enseñamos ejercicios y nuevas técnicas de terapia.
Es muy grato sentir el interés, el cariño, la dedicación y el empeño que ponen los niños y familiares para salir adelante. Regresamos con el corazón contento y con la esperanza de haber contribuido con un poquito para que la vida de esos niños sea más fácil y que ellos sean más felices.
Los niños y las familias nos recibieron con los brazos abiertos. Hubo mucho que conversar después de tan larga ausencia, de tanto tiempo extrañándonos. Pero fue también muy alentador ver que todos los niños que ya llevan tiempo en el Programa Comunitario han mejorado sus condiciones personales. Eso se debe a la esmerada atención de los coordinadores del programa; en este caso a Dona Guevara y Sergio Díaz, quienes han sabido llevar para delante el trabajo, pese a la ausencia de la responsable. Pero se debe también al compromiso de los padres en el proceso de rehabilitación de sus hijos.
Encontramos varios niños que recién han entrado al Programa Comunitario. Con ellos conversamos, ajustamos los planes de recuperación individual, enseñamos ejercicios y nuevas técnicas de terapia.
Es muy grato sentir el interés, el cariño, la dedicación y el empeño que ponen los niños y familiares para salir adelante. Regresamos con el corazón contento y con la esperanza de haber contribuido con un poquito para que la vida de esos niños sea más fácil y que ellos sean más felices.
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