No es nuestro el son
de la desazón
ni la calamidad
de la impunidad.
No es nuestra la sociedad
de la saciedad
ni la elocuencia
de la decadencia.
No es nuestro el orden
de la náusea
el juez al revés
el putado diputado
ni el presidente
delincuente.
de la desazón
ni la calamidad
de la impunidad.
No es nuestra la sociedad
de la saciedad
ni la elocuencia
de la decadencia.
No es nuestro el orden
de la náusea
el juez al revés
el putado diputado
ni el presidente
delincuente.
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