Fue en Cajamarca donde se encontraron el conquistador Francisco Pizarro y el Inca Atahualpa, por la tarde de un 16 de noviembre de 1532. Fue allí cuando ocurrió el incidente aquel tan contado del Inca arrojando la Biblia y dando lugar a que se desatara la barbarie que significó, solo esa tarde, la muerte de diez mil indios, entre hombres, mujeres, ancianos y niños.
Nosotros no creemos que haya habido repulsión por parte de los andinos respecto a la presencia del libro o la palabra escrita. En los sucesos del 16 de noviembre intervinieron otro tipo de motivos que desencadenaron los hechos tal como los conocemos. Es más probable, incluso, que Atahualpa haya arrojado el libro contra Valverde y no a la tierra. Igual, es de suponer, le hubiera arrojado un pergamino, una tablilla o lo que fuere, dadas las circunstancias. Pero, al fin y al cabo, con libro o sin libro arrojado al suelo, igual se habría desatado la masacre.
Alfredo Mires Ortiz en: El libro entre los hijos de Atahualpa; BNP, 2021
Por eso, en Bibliotecas Rurales empezamos hace muchos años a rememorar el 16 de noviembre como el día del “Aquí estamos”; recordamos este día tan trágico y doloroso mediante lecturas con los campesinos de Cajamarca, con ofrendas a la tierra y otras ceremonias en público y en silencio; para recordarnos que, a pesar de todo, seguimos en pie y en el camino.
Nosotros no creemos que haya habido repulsión por parte de los andinos respecto a la presencia del libro o la palabra escrita. En los sucesos del 16 de noviembre intervinieron otro tipo de motivos que desencadenaron los hechos tal como los conocemos. Es más probable, incluso, que Atahualpa haya arrojado el libro contra Valverde y no a la tierra. Igual, es de suponer, le hubiera arrojado un pergamino, una tablilla o lo que fuere, dadas las circunstancias. Pero, al fin y al cabo, con libro o sin libro arrojado al suelo, igual se habría desatado la masacre.
Alfredo Mires Ortiz en: El libro entre los hijos de Atahualpa; BNP, 2021
Por eso, en Bibliotecas Rurales empezamos hace muchos años a rememorar el 16 de noviembre como el día del “Aquí estamos”; recordamos este día tan trágico y doloroso mediante lecturas con los campesinos de Cajamarca, con ofrendas a la tierra y otras ceremonias en público y en silencio; para recordarnos que, a pesar de todo, seguimos en pie y en el camino.

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