febrero 11, 2015

Fortalezas

A fines de enero, el Programa Comunitario de la Red llevó a cabo su encuentro anual de evaluación y planificación. El primer día, nos tocó lo que los especialistas llaman monitoreo. [Monitoreo es el proceso sistemático de recolectar, analizar y utilizar información para hacer seguimiento al progreso de un programa en pos de la consecución de sus objetivos, y para guiar las decisiones de gestión.] Al final de este día, se nos quedó la cabeza igual de enrevesada que la definición.
En Bibliotecas sabemos de la necesidad de revisar los pasos y evaluar lo que hacemos. Incluso lo hemos hecho desde antes de que aparecieran los proyectos con marco lógico e indicadores de impacto.
Y sabemos que evaluar no sólo es analizar cifras, examinar lo que hemos hecho y comprobar si todo ha salido acorde a lo planificado. Evaluar viene de valor y éste –en latín– quiere decir ser fuerte. Evaluar –según el diccionario de la Real Academia Española– significa señalar el valor de algo, estimar o apreciar.
Si vemos desde este ángulo el trabajo que han realizado nuestros coordinadores del campo, tenemos mucho qué decir.
- Aldana –después de muchos años de ejercicios– ahora camina sola, con la ayuda de dos bastones. Cuando la conocimos, su familia pensaba que jamás iba a caminar.
- Fiorela levantó cabeza y está dando sus primeros pasos después de muchos años que vivía solo acostada en su cuna.
- Ander Yoel va a la escuela y sus compañeros le quieren mucho.
- Alcibiades ya no necesita más operaciones. Se curó su labio leporino con el que nació.
- Los papás de Katia se preocupan mucho por la terapia y rehabilitación de su hija y viven más felices.
- Danis recuperó peso y puede ser operada en el año 2015.
- Tatiana ahora ayuda más con las tareas en su casa.
- Nidian no necesita más el apoyo del Programa Comunitario; ha mejorado mucho y va a ir a la escuela.
- Zadith tiene una nueva silla y mesa adaptadas a sus dificultades. Ahí aprenderá a manejar mejor sus manos.
- El Grupo de Padres de nuestro coordinador Sergio está haciendo un vivero de plantas medicinales para atender mejor a los niños con capacidades proyectables y otras personas que lo necesitan en su comunidad.
- Emanuel está mejor alimentado desde que su familia empezó a sembrar hortalizas en su pequeña chacra.
Podríamos mencionar mucho más alegrías, pero no es necesario. Para nosotros, cada uno de estos niños es un mundo que no se puede medir en cifras o con indicadores. Hace falta sobre todo estar juntos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué bellas y fuertes "evaluaciones". No se puede "evaluar" sin mirar atentamente a las personas, a cada uno, a su vida, sus dificultades, sus alegrías. Poco pueden decir las cifras de esto. Y ustedes lo enseñan amorosamente.

Un gran abrazo para toda la familia de la red.

Javier Naranjo
PD: ahí van las plantitas peruanas creciendo, asomándose a mirar estas tierras del oriente de Antioquia.

Kepa Osoro Iturbe dijo...

La evaluación no tiene que perseguir tanto si se han alcanzado los resultados cuantitativos como si las personas que se han visto involucradas en el proceso han sentido que progresan, que aprenden, que se dotan de nuevos recursos y herramientas para su autonomía, para su desarrollo, para su crecimiento como personas y como miembros de la comunidad. ¡Bravo por todos esos pequeñitos y a la vez inmensos logros que hacen la vida un poco más fácil y feliz para Fiorela, Nidian, Zadith, Aldana, Emanuel...!, ¡su felicidad es la nuestra!