Ébano, negro
intenso de la piel; grupo que combatía a los cazadores de esclavos, homenaje a
quienes luchan por un mundo mejor y el deseo de dejar oír la voz femenina;
ébano en tanto crítica por los desafueros del ser humano, de la sociedad y del
sistema de vida y la estructura actual.
Una travesía
por el inmenso desierto africano, una causa política, un motivo afectivo y
pasional de un fotógrafo, acompañada de descripciones del majestuoso e
insondable paisaje desértico en el que “el día era del sol, y la noche, del
viento. El sol era callado, pero el viento gemía, lloraba, ululaba,
suspiraba”.
Y, a la vez,
la presencia honda de las miserias del mundo: guerras ‘tribales’, exterminio y
torturas, miseria, corrupción, tráfico de drogas, desigualdad, marginación y,
sobre todo, tráfico de seres humanos tristemente convertidos en mercancía.
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