Desde
sus orígenes, la Red de Bibliotecas Rurales ha impulsado la lectura y la
conversa. Y tanto la lectura como la conversa –para las más de 400 familias
bibliotecarias de la Red–, no son prácticas mecánicas o funcionalistas. Para
ellos leer es juntarse con otros y establecer un encuentro de saberes propios,
historias, tradiciones y lecciones ancestrales y presentes; a través de las
líneas escritas que alguien lee para los otros, o leen por párrafos en grupo,
fortalecen el ayllu y sus más queridas lecciones de solidaridad, minga,
cooperación y vida mancomunada.
¡Mucho
tenemos que aprender de nuestras familias campesinas de Cajamarca, donde la
chacra y todo lo que en el mundo habita, hace parte de sus gestos y principios,
de sus esperanzas y fuerzas!
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