Este
pasado 23 de julio, nuestro compañero Alfredo fue invitado por la Red Educativa
Rural “El Tuco”, a exponer en un webinar para directivos y docentes de
Educación inicial, primaria y secundaria, para conversar sobre la lectura,
formas de leer, los contenidos, los temas, las dificultades en la comprensión
de la lectura y la educación en general. Alfredo nos deja importantes enseñanzas:
- Reitera que “las medidas que
tomamos son para salir del apuro”, en el actual contexto de la pandemia,
tanto en los asuntos educativos como económicos y, aún más, en el ámbito
educativo. Bien dice Alfredo: “La mascarilla nos protege la nariz, pero no
el cerebro. O nos evita el contagio, pero no ayuda a que nos desinfectemos”
- Aunque la práctica de la lectura, su
ejercicio y constancia pueden influir en mejorar los niveles de comprensión,
ello no garantiza que aquella persona se convierta en un “lector asiduo,
apasionado y crítico”. Así
que, el sólo hecho de tener el hábito de leer no garantiza que lo que
lee le sirva, lo transforme, le proporcione habilidades para el discernimiento
y la crítica. “Entre una lectura eferente, una lectura informativa, una
lectura estética y de entretenimiento, y una lectura de estudio, lo que falta
forjar e inspirar es una lectura ética: aquella que nos lleve a amar lo que
leemos como parte de la posición que adoptemos de cara a los problemas del
mundo”.
- Resalta el peso de las palabras,
pues ellas no sólo significan, sino que evocan: “Escuchamos o leemos algo y los
mecanismos internos del ser humano se ponen en marca con estímulos físicos que
desatan el sentimiento de aprecio o rechazo”.
- “El significado de un texto no es la
suma de las palabras que lo componen. El significado de un texto se va
construyendo a medida que se van interrelacionando los significados de las
palabras, las frases y las oraciones, desde cada persona y contexto”.
- “Hay que amar las palabras, sembrarlas,
regarlas, aporcarlas: si no, no hay cosecha posible”.
Una
de las preguntas que hicieron a Alfredo fue si los docentes están preparados
para desarrollar la comprensión lectora en sus estudiantes. Él respondió: “¿Están
los funcionarios de la Dirección de Educación y del Ministerio preparados para
desarrollar la comprensión lectora?, ¿los profesores somos lectores críticos y
apasionados?, ¿cuántas bibliotecas hay en nuestra zona? La cuestión es si somos
capaces de reconocer nuestras limitaciones y si estamos decididos a encontrar
una solución”.
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