Doña Ángela
Burga dice: “Para
nosotros significa mucho tener una biblioteca en casa porque en el lugar donde
vivimos no hay biblioteca, tampoco en las instituciones, y también ahora
podemos aprovechar el tiempo para leer en casa ya que de los libros se aprende
mucho”.
Fiorela
Chávez Vásquez nos cuenta que: “Por
motivo de esta pandemia los libros me ayudarían a entretenerme un poco y
también me gustaría leer con mi familia. Somos cuatro integrantes en mi
familia, siempre leemos en las tardes cuando estamos todos juntos. Leemos por
turnos. A mí me gusta mucho leer, conozco algunos libros de la Red de
Bibliotecas, pero me gusta leer todos los libros. A mí me gusta leer ‘Los Ojos
de Gabi’, porque es un cuento muy bonito”.
Nanci
Huamán Campos: “los libros de Bibliotecas
Rurales nos sirven a nosotros porque es sobre nuestras cosas, nuestra propia
vida, nuestra propia realidad; es más fácil explicar a nuestros hijos; a veces
con otros libros son de otros temas, más de ciudad, más de otros lugares. Por
eso sería de mucha utilidad tener libros, libros de variedad, de cuentos, de
todo lo que es tradiciones, diccionarios, obras; entonces sí nos sirve
demasiado”.
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1 comentario:
Estas iniciativas y testimonios de Ángela, Fiorela y Nanci (¡cuánto bien hacen nuestras mujeres en las comunidades!) son el mejor nutriente para la tierra de nuestras comunidades campesinas, el mejor aglutinante y cohesionador.
Acá siempre andan, madres, padres y maestros preguntando qué se puede hacer para "inculcar" en nuestras niñas y niños el gusto por la lectura. ¡Manda narices, es tan sencillo!
Creen en el hogar y el aula una biblioteca, úsenla ustedes los primeros, denles de leer y dejen que ellas y ellos les den de leer...
... y pongan en sus manos libros que les hablen de sí mismos, de sus centros de interés, de sus mundos interiores y también de sus miedos e ilusiones.
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