Querido Alfredo,
hace 22 años nos conocimos. Acababas de cumplir 40 años en ese momento. Hoy sería tu cumpleaños número 62.
Si alguien me preguntara alguna vez qué tipo de amistades son las más importantes para mí, con qué tipo de personas prefiero pasar la vida, qué seres me gusta tener a mi lado -en las buenas y en las malas- en qué personajes confío casi ciegamente, qué amigos no quiero perder nunca; entonces me vendrían palabras del maravilloso Eduardo Galeano que una vez dijo:
“Me gusta la gente sentipensante, que no separa la razón del corazón. Que siente y piensa a la vez. Sin divorciar la cabeza del cuerpo, ni la emoción de la razón”.
Además -añadiría- me gusta la gente valiente. Personas que van por su camino con serenidad y dignidad, llenas de fuerza. Que tocan a los demás. Que irradian calidez y fuerza. Que están atentos al exterior, pero nunca traicionan su brújula interna. No por razones de ideología, sino porque simplemente no pueden hacer otra cosa. Que no tienen miedo; solo a veces un poco. Que, quizá, no conocen su fuente, pero pueden adivinar el tamaño de ella. Quienes, por tanto, saben cuán pequeños somos y cuán grandes son los mundos de los mundos. Que siempre están aprendiendo cosas nuevas, porque en ellos late la vida y ningún final puede ser nunca definitivo. Que saben sentir amor y dolor y aún permanecen abiertos. Que entienden la naturaleza como parte de sí mismo y dejan que su belleza les quite el aliento. Que usan su humor de manera contagiosa, porque la vida es increíblemente hermosa y nunca lo dudan.
En otras palabras:
Te describiría a ti.
Siéntete abrazado y ten por seguro: brindaremos por ti, estés donde estés, siempre hay un lugar para ti cerca de nosotros.
Haces mucha falta aquí.
Kyra.
hace 22 años nos conocimos. Acababas de cumplir 40 años en ese momento. Hoy sería tu cumpleaños número 62.
Si alguien me preguntara alguna vez qué tipo de amistades son las más importantes para mí, con qué tipo de personas prefiero pasar la vida, qué seres me gusta tener a mi lado -en las buenas y en las malas- en qué personajes confío casi ciegamente, qué amigos no quiero perder nunca; entonces me vendrían palabras del maravilloso Eduardo Galeano que una vez dijo:
“Me gusta la gente sentipensante, que no separa la razón del corazón. Que siente y piensa a la vez. Sin divorciar la cabeza del cuerpo, ni la emoción de la razón”.
Además -añadiría- me gusta la gente valiente. Personas que van por su camino con serenidad y dignidad, llenas de fuerza. Que tocan a los demás. Que irradian calidez y fuerza. Que están atentos al exterior, pero nunca traicionan su brújula interna. No por razones de ideología, sino porque simplemente no pueden hacer otra cosa. Que no tienen miedo; solo a veces un poco. Que, quizá, no conocen su fuente, pero pueden adivinar el tamaño de ella. Quienes, por tanto, saben cuán pequeños somos y cuán grandes son los mundos de los mundos. Que siempre están aprendiendo cosas nuevas, porque en ellos late la vida y ningún final puede ser nunca definitivo. Que saben sentir amor y dolor y aún permanecen abiertos. Que entienden la naturaleza como parte de sí mismo y dejan que su belleza les quite el aliento. Que usan su humor de manera contagiosa, porque la vida es increíblemente hermosa y nunca lo dudan.
En otras palabras:
Te describiría a ti.
Siéntete abrazado y ten por seguro: brindaremos por ti, estés donde estés, siempre hay un lugar para ti cerca de nosotros.
Haces mucha falta aquí.
Kyra.
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