Ser voluntario en Bibliotecas Rurales significa comprometerse con la propuesta, identificarse con la causa, tomar iniciativa, hacer el trabajo con ganas, con cariño y, fundamentalmente, estar siempre dispuesto a poner el hombro cuando más nos necesitan y en lo que nos necesiten. Eso lo fuimos aprendiendo en el día a día en familia y con la guía del compañero Alfredo Mires.
Hace unos días lanzamos una convocatoria de voluntariado y, como dice el refrán: “El que siembra, cosecha”. Nos emocionamos con la acogida, llegaron jóvenes dispuestos a aprender y a compartir lo que saben. También llegaron antiguos voluntarios dispuestos a reincorporarse.
Hoy muchos de ellos se encuentran, fiel a nuestro estilo, de manera silenciosa, como hormiguitas y con el mejor ánimo, poniendo el hombro para continuar con esta grandiosa propuesta; siempre en bien de nuestras comunidades lectoras.
Gracias, familia.
Hoy muchos de ellos se encuentran, fiel a nuestro estilo, de manera silenciosa, como hormiguitas y con el mejor ánimo, poniendo el hombro para continuar con esta grandiosa propuesta; siempre en bien de nuestras comunidades lectoras.
Gracias, familia.
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