Después de casi cinco años, en agosto de este año volvimos a encontrarnos con las familias del Programa Comunitario para el acompañamiento de niños con capacidades proyectables en Sócota, Cutervo.
En esta zona hay cuatro coordinadores campesinos que realizan una excelente labor: Ángela Burga Muñoz, Nadia Barboza Fernández, Abel Vásquez Saucedo y Jorge Guevara Ramírez.
Durante estos días de visita nos encontramos con niños y familias nuevas en el Programa Comunitario. Hemos podido conversar sobre nuestra forma de trabajo, la distribución de las responsabilidades, los valores de reciprocidad y el amparo que marcan el quehacer del programa, la comunidad como punto de partida y llegada, la importancia y el rol del voluntariado en Bibliotecas y nuestra estrecha relación con la Madre Tierra.
Hemos visitado a algunos niños en sus casas, a otros los hemos encontrado en diferentes reuniones; nos han enseñado sus huertos familiares y los animales menores que crían, logramos entregar materiales de terapia y medicina natural a quienes lo necesitan, enseñamos nuevas técnicas y ejercicios y, al final, tuvimos un lindo encuentro con niños y padres de familia en la campiña de Culla.
Nos despedimos con mejor ánimo, con mucha inspiración para seguir trabajando juntos y con el alma y los corazones contentos.
Gracias a todas las lindas personas que hicieron que estos días fueran una experiencia inolvidable.
En esta zona hay cuatro coordinadores campesinos que realizan una excelente labor: Ángela Burga Muñoz, Nadia Barboza Fernández, Abel Vásquez Saucedo y Jorge Guevara Ramírez.
Durante estos días de visita nos encontramos con niños y familias nuevas en el Programa Comunitario. Hemos podido conversar sobre nuestra forma de trabajo, la distribución de las responsabilidades, los valores de reciprocidad y el amparo que marcan el quehacer del programa, la comunidad como punto de partida y llegada, la importancia y el rol del voluntariado en Bibliotecas y nuestra estrecha relación con la Madre Tierra.
Hemos visitado a algunos niños en sus casas, a otros los hemos encontrado en diferentes reuniones; nos han enseñado sus huertos familiares y los animales menores que crían, logramos entregar materiales de terapia y medicina natural a quienes lo necesitan, enseñamos nuevas técnicas y ejercicios y, al final, tuvimos un lindo encuentro con niños y padres de familia en la campiña de Culla.
Nos despedimos con mejor ánimo, con mucha inspiración para seguir trabajando juntos y con el alma y los corazones contentos.
Gracias a todas las lindas personas que hicieron que estos días fueran una experiencia inolvidable.
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