El país sin orejas
“En el tiempo de las mutaciones, la naturaleza se percató que los seres
humanos no escuchaban.
Así nació el País sin orejas, donde solo podían escuchar los que tenían
corazón” (p.32)
El dinero
“Había una vez un pueblo que no conocía el dinero.
Desde el día en que lo conoció, nunca más fue pueblo” (p.46)
La máquina
“Había una vez un hombre que vivía dentro de una máquina.
Ese hombre pensaba, comía, sentía, dormía, trabajaba y vivía como la
máquina quería.
Pero el hombre siempre decía:
—Yo he inventado, diseñado y construido esta máquina. Esta máquina es
mía”. (p.85)
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