El
pasado 20, hace 7 años, David Osoro Gonzales –compañero nuestro- regresó al
seno de la tierra, a los apus, al infinito. Pero sigue vivo en nuestros
recuerdos, en nuestro quehacer diario, nuestra memoria, nuestros corazones.
David
fue voluntario de la Red en el año 2013. Empezó con la ardua tarea de pasar
toda nuestra labor bibliotecaria al formato virtual que seguimos usando en este
momento.
Unos
días antes de su salida escribió este texto. Quien visita la Red, lo puede
apreciar en nuestra Sala Mayor.
“El
proyecto de Bibliotecas Rurales no es simplemente una gran idea, cosa que nunca
dudé: también es el eje motriz de un concepto apasionante basado en la
solidaridad, el respeto y el enaltecimiento de una cultura que cuanto más la
conozco, más me maravilla.
La vida
no es solo llegar a donde uno quiere a cualquier precio; se trata, sobre todo,
de crecer y ayudar a que otros también lo hagan.
No
estamos solos…”.
Gracias,
David, por estar con nosotros. No estamos solos.
2 comentarios:
En su último correo me escribió estas admiradas palabras hacia vosotras y vosotros:
"Además de para conocer a muchos de los coordinadores de Bibliotecas en el área rural –todos de quitarse el sombrero– me ha servido para descubrir un mundo que desconocía por completo.
Admirable cómo trabajan todos, de voluntarios, por supuesto, con los “Juanitos”, como les llaman, regalando con alegría, valentía e integridad el poco tiempo libre que tienen después de la agotadora jornada de trabajo, para ayudar a que la jodidísima existencia que viven esos muchachos sea un poquito más llevadera, acudiendo a jornadas de capacitación para poder avanzar en las terapias, trabajando también con las familias de los chiquillos...
En fin, que no he podido evitar que se que me escapase una lágrima de emoción al compartir con ellos estos días, aprendiendo toneladas de su fuerza y su generosidad y descubriendo lo maravillosa que puede llegar a ser la gente. Desde que estoy acá estoy volviendo a creer en el ser humano...".
Le devolvisteis la fe en el ser humano, ¿qué mejor regalo?
Sentir su presencia y alegría, él permanece entre nosotros...no se ha ido
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